El Girona con el gol de Seydou Doumbia será eternamente recordado en una ciudad de Cataluña que lleva menos de dos años conviviendo en la élite del fútbol mundial. Todo parecía perdido para el conjunto entrenado por Eusebiocuando Griezmann sacó su pierna izquierda a pasear y puso por delante al Atlético de Madrid, pero con el Girona nada está perdido. Han sido muchos los tropiezos hace años, que ahora estos jugadores están sobradamente preparados para enfrentarse a contratiempos inesperados.

De bien sabido es que la historia, como mejor se hace, es poco a poco y con paso firme. El club de Montilivi nunca había llegado a los cuartos de final de Copa.Lo más cerca que estuvo fue, en dos ocasiones, llegando a la ronda de octavos de final en 1936 y en 1949.

El gol de Seydou Doumbia será eternamente recordado en una ciudad de Cataluña que lleva menos de dos años conviviendo en la élite del fútbol mundial. Todo parecía perdido para el conjunto entrenado por Eusebio cuando Griezmann sacó su pierna izquierda a pasear y puso por delante al Atlético de Madrid, pero con el Girona nada está perdido. Han sido muchos los tropiezos hace años, que ahora estos jugadores están sobradamente preparados para enfrentarse a contratiempos inesperados.

De bien sabido es que la historia, como mejor se hace, es poco a poco y con paso firme. El club de Montilivi nunca había llegado a los cuartos de final de Copa.Lo más cerca que estuvo fue, en dos ocasiones, llegando a la ronda de octavos de final en 1936 y en 1949.

Fuente: Marca.com