Argentina no juega semifinales, las gana: cinco de cinco

Es entre las grandes la única que presenta ese espectacular balance y será su sexta final, porque en el título de 1978 no existió esa ronda

Argentina no juega semifinales, las gana: cinco de cinco

La selección argentina no juega semifinales de los Mundiales, simplemente las gana. En el Lusail de Doha sumó a Croacia a su lista de víctimas para meterse en la gran final, la del domingo a las 16.00 horas de España en el mismo escenario. Será la sexta final para al albiceleste después de ganar cinco semifinales, porque el formato de 1978, cuando ganó su primera estrella en el Monumental de River, no tenía esa ronda.

De la fase de grupos se pasaba a otra liguilla de dos grupos de cuatro equipos de la que los dos ganadores pasaban a la final. Kempes es el icono de aquella estrella. Para estar en la final, resuelta en la prórroga por el Matador y a la que se llegó por los pelos tras estrellar Nanninga un balón en la madera en el minuto 90, Argentina superó en la segunda fase a strong>Brasil, Polonia y Perú. El 6-0 a los andinos en la jornada final siempre quedó bajo sospecha.

La primera semifinal de Argentina fue en la primera edición de los Mundiales, la de Uruguay en 1930. En Montevideo aplastó a Estados Unidos por 6-1, aunque ni entonces llegó al descanso con la comodidad del 2-0 ante Croacia en el Lusail. Tras abrir Monti el partido a los 20 minutos, el segundo gol no llegó casi hasta la hora de partido. En la final del Río de la Plata, cayó 2-0 ante Uruguay.

La segunda semifinal como tal tuvo que esperar a 1986. Maradona, amo y señor del Mundial mexicano, respiro al caer a España ante Bélgica. «Nos los quería en semis», recordaba siempre que hablaba de su Mundial. Dos goles suyos en el Azteca y en la segunda parte llevaron a Argentina a la final. Esperaba Alemania, el 2-0, la remontada germana y el gol de Burruchaga para la segunda estrella argentina en su camiseta.

Dos tandas, dos derrotas

Las otras dos finales previas a la de este Mundial llegaron en la tanda de penaltis. En Italia 90, en un San Paolo dividido entre su selección y Maradona, Argentina llevó el partido al límite con el gol de Caniggia para empatar el de Schilacci. En los penaltis hizo pleno en sus cuatro disparos y Serena y Donadoni fallaron. La final fue ante Alemania de nuevo. Ganaron los germanos con un polémico gol al final de penalti (Brehme) y quedó la imagen de Maradona insultando a la grada por los pitos al himno argentino.

Alemania, con el gol de Götze en la prórroga, fue el también quien en 2014 negó la tercera estrella a la albiceleste. En la final de Maracaná se había presentado después de un agónico partido ante los Países Bajos en Sao Paulo resuelto en los penaltis tras 120 minutos sin goles. En la tanda, Argentina volvió a hacer pleno en sus cuatro disparos y los de Van Gaal encontraron las redes solo dos veces al fallar Vlaar y Sjneider.

El tercer 10

La semifinal ante Croacia la desatascó Argentina después de media hora en la que el partido pintaba a espeso, lo que era una invitación a pesar que los europeos podían volver a hacerlo.

Pero no, el primer error croata lo castigó Argentina con una contra de libro en la que Livakovic se llevó por delante a Julián Álvarez. Messi lanzó uno de esos penaltis imposibles de detener. Y un jugadón suyo acabó en el 3-0 y con cualquier amago de reacción de las tropas de Modric.

Ahora, Messi busca vivir lo que sintieron Kempes en 1978 y Maradona ocho años después: ser el 10 de la campeona del mundo. Es su última oportunidad, pero él sí la va a tener.

Entre las selecciones más potente de los Mundiales nadie presenta ese demoledor balance en semifinales. Alemania, cuatro veces campeona del mundo, es las que más ha perdido: cinco. Brasil perdió dos (una de ellas, el 1-7 ante Alemania en su casa, y la otra en 1938), Italia, la de su Mundial de 1990, Uruguay cayó en tres y Francia, a la que espera Marruecos, en otras tres.

Fuente Marca.com