La salida de Neymar del Barcelona en 2017 provocó un desbarajuste deportivo mayúsculo en el equipo azulgrana, que se quedaba sin una de sus grandes figuras. Fue un golpe de mano durísimo del PSG que se llevó al brasileño pagando su cláusula de rescisión. En el club entraron de golpe 222 millones que había que invertir en nuevos futbolistas. La mayor parte de la inversión se centró en cuatro jugadores: Dembélé, Grizmann, De Jong y Coutinho.

Hasta esta temporada, ninguno de los cuatro había rendido a un buen nivel. Unos pocos destellos esporádicos y poco más. Sin inversiones importantes durante el pasado verano, a Ronald Koeman le tocaba la papeleta de revitalizar a estos jugadores para compensar la salida de otros como Luis Suarez, Rakitic, Arthur o Arturo Vidal.

El trabajo del holandés empieza a dar sus frutos. El resultado ha ido ‘in crescendo’ hasta explotar en este mes de enero con un rendimiento extraordinario de Griezmann, De Jong y Dembélé. La receta particular de Koeman ha sido la siguiente: dar confianza y responsabilidad, trabajar el caspecto mental y el físico y ponerles en sus mejor posición. La combinación de estos factores ha provocado un excelente rendimiento en los tres.

Antoine Griezmann

Koeman ha tenido muy claro desde el primer día que el francés tenía que convertirse en un jugador fundamental en este equipo. Se lo dijo directamente al delantero nada más llegar, disipando cualquier duda sobre un posible traspaso. La apuesta del técnico por Griezmann no ofrece dudas. A pesar de que al principio falló un sinfín de ocasiones y fue muy cuestionado, Ronald siguió apostando por él.

En el caso del francés, ha sido fundamental la confianza y responsabilidad que le ha dado desde el primer día. Y al final, esa apuesta ha dado sus frutos. Este mes de enero ha sido de lujo para el delantero y así lo confirman sus registros: ha marcado seis goles y ha dado seis asistencias. La mejor versión de Griezmann ha llegado, su actual objetivo es mantener esta regularidad ante los importantes partidos que vienen. Ahora pocos hablan de los 120 millones que costó.

Frenkie de Jong

El holandés fue considerado una apuesta segura desde que se le fichó por 75 millones más 11 en variables. Formado en el Ajax, tenía un ADN perfecto para el Barça. Sin embargo, su adaptación no ha sido tan rápida como se esperaba. Con Valverde y Setién jugó como interior, pero las cosas no le salieron bien. Con la llegada de Koeman, retrasó su posición a instancias del nuevo técnico que lo había utilizado como pivote en la selección holandesa.

Tampoco funcionaron las cosas y De Jong comenzó a recibir las primeras críticas. El técnico decidió cambiar de sistema y le situó de interior donde ha ofrecido su mejor rendimiento. Aquí la visión de Koeman fue clara para adelantar su posición en el campo. El futbolista ha hecho valer su potencia y llegada a la portería rival lo que le ha permitido marcar cinco goles en este 2021, una cifra muy importante para un centrocampista.

Ousmane Dembélé

Dembélé fue la primera respuesta del club a la salida de Neymar. Fichó en verano de 2017 por 105 millones fijos más 40 en variables. Antes de la salida de Neymar ese mismo verano, el Dortmund le había pedido 90 y el Barça había dicho no. Desde entonces, Dembélé encadenó una lesión detrás de otra a la vez que no se adaptaba a su nueva vida. Su rendimiento fue bajísimo.

Koeman también ha apostado por él. Con el francés había dos máximas a seguir. Una hacía referencia a su estado físico. El staff técnico ha trabajado para que Dembélé pueda tener continuidad y eso lo ha conseguido en 2021. En este momento lleva 11 partidos seguidos en los que Koeman lo dosifica con descansos, ya sea no saliendo de titular o siendo sustituido.

Esta mejora física, unida también a una mejora mental para que esté más centrado, han provocado que Dembélé esté ofreciendo un gran rendimiento en los últimos partidos. Aunque le está faltando gol, sus actuaciones en los últimos partidos, con ese desequilibrio que rompe al rival, están siendo vitales para el Barcelona.