El equipo es vulnerable a domicilio, poco fiable a la hora de cerrar los partidos y, en ocasiones, sin saber gestionar las ventajas a su favor. Cierto es que el calendario inicial no acompaña (6 de los primeros 8 partidos lejos del Palau Blaugrana) pero hay plantilla suficiente para cambiar la dinámica. Kuric, Pangos, Singleton y Blazic deben ser piezas claves en su puesta en escena con la camiseta culé para ayudar a sus compañeros y devolver la alegría a un Palau deseoso de celebrar victorias en una de las “calderas” de la competición.
No hay tiempo de lamentaciones: próxima estación, el Bayern de Múnich. Toca ganar y empezar a visualizar el futuro con esperanza.