Leo Messi es el gran responsable de la euforia de los aficionados culés. Su figura prácticamente trasciende el escudo y alimenta al equipo mucho más allá de sus dianas, por más geniales que sean. El futbolista argentino, además de su indomable calidad, ejerce de capitán en el terreno de juego, de portavoz comedido ante los medios al pedir prudencia en Anfield y de líder del grupo pidiendo unidad con Coutinho.

La madurez del internacional es absoluta en todos los sentidos. El Barcelona disfruta de la mejor versión de Leo y está dispuesto a aprovecharla para firmar otra temporada histórica. Sumar otro triple este el gran anhelo de la entidad azulgrana.

Y tras su exhibición ante el Liverpool… Messi se acordó de Iker Casillas

Fábrica de goles

El argentino demuestra un incansable nivel excelso en todas las competiciones. Y estas semifinales no son una excepción. Contra el Liverpool, ayer en el Camp Nou, el futbolista acaparó todos los focos con su enésimo doblete. En siete minutos, el azulgrana encarriló la eliminatoria de la Champions. Un resultado excelente para Anfield que dispara las opciones, sobre el papel, de llegar al Wanda el 1 de junio.

Discurso sereno

El jugador franquicia del Barcelona se mostró prudente, aunque no escondió su euforia. «Es un buen resultado. Lástima de no haber conseguido el 4-0 al final, pero estamos contentos por el partidazo que hemos hecho. De todas formas, vamos a una cancha complicada y no está decidido todavía«, analizó Leo.

La sencilla explicación de Messi para su golazo 600 y la defensa a Coutinho

Magia que destroza pizarras

El futbolista fue clave para romper un planteamiento táctico en el que el Barça no está cómodo. Las revoluciones que persigue el Liverpool en sus compromisos contrastan con la pizarra de dominio de Ernesto Valverde. «Es su juego, a lo que están acostumbrados. Plantean un duelo físico, de mucho ritmo, y no estamos habituados a eso, sino a tener el balón», reflexionó.

Messi dijo basta y el partido se acabó. Quizá también han terminado las semifinales. El futbolista es un argumento de colosal envergadura para el cuadro catalán y está dispuesto a conquistar la Champions esta temporada.

Unidad con Coutinho

El argentino, por otra parte, justificó su petición a la grada para que no silbara a Coutinho. El argentino cree que en la recta final del campeonato todos deben remar en la misma dirección. «No es momento de criticar a nadie. Es una etapa muy linda y debemos estar más unidos que nunca», afirmó el futbolista después de la victoria contra el Liverpool. Cuestionado directamente por el futbolista brasileño, Leo Messi fue claro. «No sé si estuvo bien o mal en sus acciones, pero es feo que despidan a un compañero así. No es momento de criticar a nadie. Quedan poquitos partidos y hay que estar todos juntos», insistió.

La ‘orejona’, su prioridad

Las palabras del argentino serán, seguro, un bálsamo para la delicada relación del ex del Liverpool con la grada. El crack azulgrana no quiere distracciones ni debates estériles. Tras conquistar el título de LaLiga, apuesta por la Champions, su gran objetivo y motivación. Que este trofeo esté en el punto de mira de Messi es una excelente noticia para el Barcelona

Fuente Marca.com