El Barça está viviendo una etapa de regeneración, palpable en partidos como el del pasado martes en Champions ante el PSG. La lectura de la derrota es más amplia, no cabe duda, pero es cierto que en la segunda parte los de Mauricio Pochettino parecían los niños grandes del colegio que no dejaban jugar a los pequeños. Se vio a un equipo superado, indeciso, sin ideas y al son del rival en todas las líneas del campo.

 

Y es que quizá se echó en falta un paso adelante de los jóvenes. Los Pedri, De Jong, Dest y Dembélé, importantes para Ronald Koeman, dieron signos de insuficiencia desde el primer minuto. El Barça, que ha juntado a estos chicos con otros como Araujo o Trincao, está haciendo un buen trabajo para asegurar su futuro con gente que entienda el modelo. Y ese es el problema a la vez que la solución. El fútbol vive del presente, de lo que pasa en el ahora y la realidad es que este equipo no da para más. Koeman, en rueda de prensa, aseguró que Dest en cinco años será buenísimo y que Pedri, en otros cinco, será mejor que todo el centro del campo del PSG. El Barça, como en la mítica escena de Los Simpsons, canta aquello de “los niños son el futuro”. Una moneda al aire. Veremos de qué cara cae.