El 2020 del FC Barcelona es difícil es resumir. Todo se empezó a torcer cuando Josep María Bartomeu deseó un feliz año en la cena de navidad de 2019. No pasó ni un mes cuando el Atlético eliminó a los del Txingurri en la Supercopa de España y el técnico fue destituido. Éric Abidal y Ramón Planes intentaron firmar a Xavi Hernández o Mauricio Pochettino.

Finalmente aterrizó en la Ciudad Condal un Quique Setién que dejó la frase de las vacas como una de las más icónicas de los últimos tiempos.

En febrero tuvimos el BarçaGate, y a partir de ahí todo explotó. Un grupo de socios denunciaron al que por aquel entonces era presidente de la entidad y la llegó la pandemia. Dimitieron seis directivos por el caso de las redes sociales, volvió LaLiga y la Champions League con una humillación histórica por parte del Bayern. A raíz de todo esto, Leo Messi envió un burofax pidiendo su salida del club, aunque finalmente decidió quedarse por una cláusula del contrato que no estaba muy clara.

La moción de censura salió hacia adelante y la Junta Directiva del Barcelona presidida por Josep María Bartomeu dimitió dejando paso a la Junta Gestora, que convocó elecciones para el próximo 24 de enero. En definitiva, uno de los peores años de la historia para el Barça, que se quedó sin títulos y con unos comicios de los que se habla más de la recuperación económica que de posibles fichajes. Y, como no podía ser de otra manera, de la continuidad de Leo Messi, que a partir de enero es libre para negociar con cualquier equipo.