Emili Rousaud, el que hasta hace unas horas era el ‘delfín’ de Bartomeu para encabezar la candidatura continuista de la actual Junta Directiva, recibió la llamada del presidente el pasado martes para comunicarle la decisión de relegarle del cargo. Su puesto como vicepresidente de la entidad, será para uno de los afines al máximo mandatario. Emili Rousaud atendió a MARCA horas después de que se destapara el nuevo movimiento dentro de la Junta Directiva de Can Barça.

¿Cómo está después de estas horas frenéticas?

Estoy un poco triste, pero lo importante es que estoy bien de salud y la familia también, por lo que no me voy a quejar. Estoy bien.

Ayer, durante la llamada que tuvo el presidente Josep Maria Bartomeu con usted, ¿qué le comunicó?

La llamada no me la esperaba. De vez en cuando me llama, pero no me esperaba una llamada con este contenido, lógicamente. Lo que me dijo es que quería hacer una remodelación en la Junta y que quería que dimitiera. Yo le dije que me dejaba de piedra y le pedí los motivos. Me dio dos. Me dijo que he filtrado o que he hablado con periodistas criticando a los jugadores, cosas que es totalmente falsa. Y la segunda, más sorprendente, me dice que he criticado a ejecutivos o empleados del club. Le digo que siempre hay gente mejor o peor en cualquier club, pero el nivel de los ejecutivos del nuestro es muy bueno. Le dije que no me constaba y no me dio nombres. Me dijo que dimitiera o me degradaba del cargo, ya que no puede echarme. Me cogió en frío. Después de cinco años le dije que me sabía especialmente mal que me llamase para decirme algo así. Y, sobre todo, en el momento que estamos, confinados. No me parece ni la forma ni el momento. Le dije que me dejara reflexionarlo. Si digo la verdad, hoy no hubiera pasado nada si ayer por la noche, a través del club o no sé cómo, se filtra la noticia y me empieza a arder el teléfono. Para mí aquello era una conversación privada con el presidente. No esperaba que eso se filtrara.

¿Se siente traicionado por Bartomeu o por alguien de la Junta?

Es una pregunta que me parece compleja. Me siento traicionado porque las razones que esgrime el presidente no son las reales, porque son de muy poco peso y sin pruebas de lo que afirma. Sé que no le gustó nada que en el tema de las redes sociales, donde se trocearon las facturas para superar y evadir los controles internos del club, fuera beligerante y exigiera una auditoría externa. Sé que eso al presidente no le gustó, pero he sido muy leal al club. Francamente, si hablo con sinceridad, sí me siento traicionado por el presidente.

¿Ahora usted qué hará? ¿Seguirá como vocal?

En este momento no estoy por la dimisión. Para plantearme una dimisión, tendría que acabarse este periodo de confinamiento y hacerlo cara a cara. No tengo nada que ocultar, mi conducta no es reprochable. El presidente, es obvio, que tiene toda la legitimidad del mundo para elegir a otro tipo de directivos. Tiene el derecho, pero somos cargos electos. Somos un órgano colegiado donde tiene que haber el debate y la discrepancia. Soy barcelonista, una persona honesta y las formas no me han gustado. Es previsible que si el presidente no quiere contar conmigo, al final acabe dimitiendo. Tampoco tengo un apego a la silla, pero no quiero dimitir como asumiendo que he hecho algo incorrecto porque no es verdad.

¿Ser ahora el candidato continuista es un punto a favor o en contra?

No hablo de esta temporada. Vivimos todos una situación muy compleja en el entorno económico. Esto va a implicar una dificultad añadida. Vamos a un entorno donde los ingresos habrán disminuido. Mi visión es que si el año que viene, en el ámbito deportivo, el club obtiene grandes éxitos, que ojalá sea así, tendría sentido una Junta continuista. Pero ojo, porque será difícil que el año que viene haya grandes éxitos económicos porque el entorno será complicado. Una Junta continuista que no tenga éxitos deportivos y tampoco éxitos económicos, no veo que tenga ningún sentido. No hemos ganado dinero, no hemos ganado títulos… en ese entorno no tiene sentido. Lo que me disgusta es que el presidente ha pedido la dimisión de Tombas, Silvio Elías y Josep Pont, un perfil de gestores empresariales de peso. En un momento de emergencia económica, que el presidente saque a estos perfiles, es muy poco acertado.

Usted habló en algunos medios sobre la delicada situación económica del club. ¿Por qué el Barça está en esta situación?

No es un tema del presidente, es un tema del modelo económico. Es un modelo, también de Juntas anteriores, que se ha basado en que todo el dinero que ingresamos se dedica al gasto. Es verdad que la partida de gasto más importante es la de sueldos del primer equipo de fútbol, pero el Barça es un club multideportivo y además que tiene una estructura de trabajadores relevante. Somos un club grande. ¿Qué problema hay? Que si no vas dejando una reserva, el día que los ingresos flaquean, no puedes financiar el gasto. Como hemos financiado en base a crédito la compra de varios jugadores y hemos puesto con crédito parte del Espai Barça, nuestro nivel de endeudamiento es limitado. Es muy importante salvar nuestro modelo de club, que es muy similar al del Real Madrid, al del Athletic Club o al de Osasuna. El club es de los socios. En el caso del Barça, vía cuota de socios y abono, aporta el 8% o 9% del presupuesto anual. Si nos fallan ingresos como el ticketing, patrocinadores, televisión, museo… si todo ese entramado se reduce, nos va a faltar caja. Nuestra capacidad de endeudamiento es muy limitada. Ese problema no es atribuible a la actual Junta. Obviamente, todo esto de ahora no lo esperábamos.

¿Es posible cerrar el año con pérdidas que ronden los 100 millones?

Hacer un número no es realista porque depende de muchos factores que no controlamos. Aventurar cuál es el impacto económico es muy difícil.

¿Por qué todo esto ahora?

Lo que más me disgusta es esto. No es el momento. Se hace a la cara, no se hace escondido. Si me quieres decir algo, cara a cara. El club en este momento está parado. No hay actividad. Me temo que hay una razón que lo justifica, pero que desconozco. Puede estar muy ligado a los informes de la auditoría respecto al tema del ‘Barçagate’. Es una opinión, no lo sé.

Usted asegura que sabía que se fraccionaban los pagos de IL3 Ventures. ¿Se ha engañado a la Junta Directiva con este tema?

Yo me enteré que habían troceado las facturas por la prensa. Luego verifiqué que así era. Te aseguro que la Junta no sabía nada.

Teniendo en cuenta que ahora la Junta Directiva estará formada por afines, ¿cree que la auditoría será transparente?

No lo sé. Uno de los motivos por los que no estoy dispuesto a dimitir es porque quiero saber cómo acaba todo este tema. No sé si se ha modificado el alcance de la auditoría. La sensación que tengo es que a lo mejor todo esto está motivando este movimiento de Bartomeu.

¿Habrá referéndum del Espai Barça? ¿Será un plebiscito para esta directiva?

Si lo hubiera, que sería claramente en otoño o fin de año, a esta Junta le quedarían seis meses hasta las próximas elecciones. Si hubiera referéndum, lo tendrá que implementar todo la nueva Junta, que si es continuista pues bien, pero si no… no sé si sería mejor esperar. Si se hace se podría hacer en otoño, pero la puesta en marcha y los que lo gestionarán serán los que tengan que estar metidos.

Pase lo que pase, ¿veremos a Emilio Rousaud como candidato en 2021?

Pues mira, lo reflexionaré. Siempre me ha hecho ilusión. cuando conocí a Bartomeu en 2015 mi ilusión era montar una candidatura de contención para unirme a la suya. Es algo que me hace ilusión. La verdad es que no soy demasiado conocido como pueden ser otros candidatos como Joan Laporta, Agustín Benedito o Víctor Font, que se está moviendo en los ambientes barcelonistas. No lo descarto.