Reflexionando sobre el clásico.

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Sinceramente, no entiendo a una gran parte de la masa social del Real Madrid, cuyas lecturas del clásico, son totalmente partidistas, y hablan de absoluta superioridad. De lástima de haber perdonado, sino el equipo blanco hubiese marchado victorioso del Camp Nou.

Yo creo, que muchas de las opiniones, parten del miedo previo que sentían los madridistas ante la visita a su eterno rival. Veían a un Barça que andaba con paso firme por el campeonato de liga, por la copa de Europa, y que ya había llegado a la final de la copa del rey. Excelente trayectoria, para caer en su propio estadio contra el Real Madrid. Y a la vez veían que su equipo, había empatado con el Villarreal en casa, había perdido en san Mamés con el Ath Club, y con el Schalke 04, en el Bernabéu. Bagaje, por lo tanto, altamente negativo, para afrontar con garantías la visita al estadio del Barça. Pero vieron a un gran Real Madrid, con actitud, intensidad, y acertados técnicamente. Y creo que su sorpresa fue tal, que se conceden más méritos, de los que tocan.

Una de las frases preferidas por el madridismo, a lo largo de estos días postclásico, es que quien perdona lo acaba pagando, y claro, según ellos, su equipo perdonó tanto, que lo acabo pagando. Sinceramente, no sé que partido vieron. Sí es verdad, que el Real Madrid perdonó, pero quien primero lo hizo fue el Barça. La primera ocasión de gol la tuvo Luis Suárez, tras un pase desde la línea de fondo de Andrés Iniesta. Ahí, ya perdonó el Barça. Y el Real Madrid consiguió el 1-1, en la jugada de vuelta, que el Barça podía haber marcado el 2-0. Recordaréis que es Luis Suárez, quien tiene un remate limpio, aunque algo esquinado, golpea mal, y el balón le va a Neymar, que no sabe definir, solo ante Iker Casillas. Y de ahí sale el balón que llega a Benzema, para que asista a Cristiano, que es quien empata el partido. Pero es el Barça, quien perdona, en esa doble ocasión, de Suárez y Neymar, y lo acaba pagando con el gol del empate del conjunto blanco.

No quiero quitarle méritos al Real Madrid, que hizo una primera parte fantástica. Pero, para mí, en el cómputo total, fue superior el Barça. El primer tiempo del equipo blanco, pletórico en fuerza, en intensidad, anticipándose a la estrategia creada por su rival, ganado casi todas las pelotas divididas, fue para enmarcar, es cierto. Pero no es menos cierto, que para conseguir esto, ante el equipo azulgrana, debes llevar a cabo un desgaste, que seguro, que tras 45 ó 60 minutos de juego, te pasará factura. Y, así sucedió. A partir del minuto diez de la segunda parte, el Real Madrid estaba fundido, y el Barça, mas entero, debido al menos esfuerzo realizado, y tenía 35 minutos por delante para ganar el partido. Y así lo hizo, gol en el quince, y treinta minutos en los que fue amo y señor del encuentro, llegando a tener hasta cinco claras ocasiones de gol.

Por lo tanto, en el cómputo total, once ocasiones del Barça, contando los goles, por seis ocasiones del Real Madrid, contando también su gol. Dominio alterno en el juego, con más minutos a favor del conjunto azulgrana. Y resultado, totalmente justo. Y si no es así, es porque el FC Barcelona, que no el Real Madrid, en esta ocasión, mereció más. Y si el madridismo considera, que su equipo debió marcar al menos tres goles, yo, visto lo visto, tras los errores de Luis Suárez, en una ocasión, y de Neymar, en cuatro, y contabilizando los aciertos de Bravo, por un lado, y los de Casillas, por otro, creo que el Barça pudo llegar hasta los cinco, sin ningún tipo de problema.